sábado, junio 23, 2007

Gerda Taro ¿la primera mujer fotógrafa muerta en una guerra?

Queremos hacer un homenaje a otra mujer poco conocida por la figura y el éxito de su compañero: Gerda Taro. Sin embargo, de no haber sido por ella tal vez él hoy, Capa, no habría existido.
Su nombre original era Gerta Pohorylle, hija de un judío alemán, nació e Stuggart, Alemania, en 1910. Por sus ideas socialistas marcha a París huyendo de los nazis. Allí conoce a un judío húngaro André Friedman, bastante desaliñado, sin mucho futuro, que le enseña a manejar una cámara de fotos. Desde ese momento son inseparables y será ella la que inventa la figura de un reportero norteamericano, Robert Capa, de mucho éxito que trabaja para una revista famosa y del que ellos dos son sus representantes. Así pueden ofrecer sus fotos a los periódicos franceses. André experimenta todo un cambio físico, bien vestido y como representante de ese nombre nuevo, Robert Capa, es enviado a cubrir la guerra civil en España. Gerta, convertida ahora en Gerda Taro, le acompaña y fotografía el terrible drama de los bombardeos. Al principio los dos firmaban sus fotos como CAPA, luego el nombre lo utilizaría solo él y, en su última época ella reivindicaba su derecho a utilizar su nombre para firmar sus fotos. No le dio mucho tiempo a utilizarlo porque murió con solo 26 años. Rafael Alberti la nombra en su "Arboleda perdida" y le hace un homenaje en su funeral.

Sin duda otra víctima absurda de las guerras que destrozan tantas y tantas vidas anónimas.

Su último trabajo fue la batalla de Brunete en julio de 1937 y pocos días después murió víctima de un accidente estúpido en el campo de batalla al ser arrollada por un tanque republicano.

Imágenes e información de Mujeres Riot que su vez la toma de la revista “Clío” firmado por Ada Simón y Emilio Calle.

lunes, junio 18, 2007

Por tu bien



No es la primera vez, ni la segunda, que tratamos este tema en nuestra bitácora, pero no he podido dejar de publicar este magnífico corto de Iciar Bollaín que he conocido en el blog Igualdad en el IES Gran Capitán.

sábado, junio 09, 2007

Sofonisba Anguissola

Seguramente hemos visto muchas veces este retrato de Felipe II y nunca hemos pensado quién fue su pintor; quizás nos vengan a la memoria los nombres de pintores de la época como Tiziano, El Greco, Sánchez Coello, Juan Fdez. de Navarrete apodado “El Mudo”…y los Tintoretto y Veronés. Todos ellos pintores de gran reconocimiento tanto en España como en Italia. No olvidemos la vinculación de España con Italia en esa época.

Sin embargo no fue un pintor su autor, sino una pintora: Sofonisba Anguissola, que nació en Cremona en 1532 y murió en 1625. Su padre, Amilcare Anguissola, noble provinciano, siguiendo las normas de educación de Baltasar de Castiglione, logró que sus seis hijas: Sofonisba, Elena, Lucía, Europa Anna María y Minerva, estudiaran latín, música y pintura. Sofonisba aprendió la técnica del retrato con Bernardino Campi y Bernardino Gatti. A los veintiséis años era ya tan conocida que su fama llegó a la corte de Felipe II que la invitó a formar parte de los pintores de la corte española.

Allí pasó los años siguientes pintando sobre todo retratos de corte oficiales, incluyendo los de la reina Isabel de Valois y otros miembros de la familia real, como la hermana de Felipe II, Juana, y su hijo, Don Carlos. Las pinturas de Isabel de Valois y de Ana de Austria, la cuarta esposa de Felipe II, son vibrantes y llenas de vida.

Se casó dos veces, la primera, en 1571, con Don Francisco de Moncada, con dote dada por el rey. Después de dieciocho años en la corte española, Sofonisba y su marido abandonaron España en 1578, marchando a Palermo, donde falleció su marido al año siguiente. Se volvió a casar en 1580 y estableció su taller en Génova, donde siguió pintando hasta cerca de su muerte en 1625.

Hasta 1988 no existían fotografías de sus trabajos en ninguna publicación artística. Hoy la lista de sus obras va creciendo a medida que se van analizando más cuadros de la época catalogados como anónimos o atribuidos a otros pintores.

domingo, junio 03, 2007

Ya van 26 víctimas en 2007



Ayer moría en Vitoria la última víctima de violencia de género. Esta semana ha sido fatídica y el año está resultando desastroso: ¡ya son 26 las mujeres que han resultado víctimas de este tipo de violencia!.

Al contrastar ciertas noticias, uno lee que, en lo que va de fin de semana han perecido "unas cuantas" (ni nos fijamos en el número) víctimas de accidentes de circulación, siguen pereciendo inmigrantes en su intento de llegar en cayucos a costas españolas, las víctimas de las zonas de conflicto ya dejan de contarse y no ocupan las primeras de los diarios...Ya nos hemos acostumbrado a estas cifras y, por ello dejan -tristemente- de ser relevantes, dejan de ser noticia y ocupan rincones recónditos de páginas centrales de los periódicos.

Por desgracia, al leer la noticia de la última víctima, he tenido esa misma sensación: he tenido que ir hasta la página 42 de El País para dar con ella. Sólo ocupan las primeras o páginas más importantes aquellas muertes que se producen con algún "morbo" especial. ¡Como si todas no fueran igualmente trágicas y no tuvieran la misma raíz! Como la mayoría de las víctimas, ésta había puesto denuncia por malos tratos en tres ocasiones, e incluso había pedido protección, que había sido denegada por el juzgado.

Algo se está haciendo mal ya que desde que se aprobó la Ley Integral contra la Violencia de Género no han disminuido los casos de asesinato. ¿No existen mecanismos para evaluar la aplicación de dicha ley, para hacer un seguimiento de los casos denunciados? ¿No son evaluables las acciones de los jueces? Seguro que sí, pero ¿se evalúan?

¡Paremos ya esta barbarie!
La imagen es del gran Forges, que, como siempre, es clarividente.