sábado, mayo 13, 2006

(Abraxas) Retomando el primer tema del blog

ABRAXAS, el sincretismo de lo masculino y femenino. Texto para meditar.

El dios Abraxas está relacionado con las prácticas del sexo sagrado en la Antigüedad. La motivación que se supone había entre la sexualidad y la religión era el deseo de alcanzar una unión con lo divino. Pero lo cierto es que la figura de este dios, presente mediante distintas figuras en diferentes culturas, encierra interesantes conceptos simbólicos olvidados por la cultura occidental cristiana. Este es seguramente uno de los motivos por los que Hesse incluyó a Abraxas en su obra: el retomar la dualidad presente en el ser humano (cosa que por otra parte nos ayudaría a conocernos mejor y resolver ciertos problemas psicológicos internos).

Abraxas representa fundamentalmente la intersección de las fuerzas femenina y masculina. Para el cristianismo, esta clase de elementos religiosos no eran más que una herejía, y sus raíces basadas en el rito sexual no podían significar otra cosa que la posesión del alma humana por parte del Diablo. No obstante, Abraxas no surgió sino de la interpretación que ancestrales místicos cristianos hicieron del libro del Génesis, gracias a dos cuestiones principalmente: a) si dios creó al hombre “a su imagen y semejanza”, Adán debía de ser una criatura que combinase los atributos de los dos sexos. b) Dios creó a Eva a base de separar la parte femenina que había en Adán de su cuerpo. Esto conlleva la visión del acto sexual como una unión mística en la que mujer y hombre intentan volver a recuperar su estado primigenio. Mismo en el Nuevo Testamento podemos encontrar una parte tachada de apócrifa por algunos cristianos ortodoxos, el Evangelio de Tomás . En él, Jesucristo anuncia un cristianismo mucho más místico, y ciertas partes podrían inducir al tipo de prácticas arriba citadas y a su vez a un tipo de gnosis más profunda que prescinde de templos, sacerdotes y oraciones. El supuesto autor dícese ser el hermano gemelo de Jesucristo (lo cual le da más veracidad según algunos).

La unión sexual vista de este modo también encuentra conexiones en la cultura hindú, en el sexo tántrico: todo ser contiene en sí una dualidad sexual; hombre y mujer son manifestaciones de las deidades Shiva y Shakti respectivamente. La práctica sexual es venerada en estos ritos como un medio de superación de la condición humana común y motor de la energía cósmica a través de los chakras o centros de energía que todo ser posee. Es por tanto seguro afirmar que aquellas tempranas muestras del misticismo cristiano tienen su fundamento en la interpretación tomada de estos principios del sexo tántrico.

De hecho, la palabra “hermafrodita” (estado en el que se representa a Abraxas) proviene de la mitología griega, es la unión de Hermes y Afrodita. Ya señalaba Platón que a los humanos les precedía una raza superior que contenía las esencias masculina y femenina, ya extinguida a causa de su arrogancia; los hermafroditas se revelaban contra los dioses, y estos les dividían en dos. Creo que es apropiado señalar que aquí se muestra de nuevo la oposición entre el mundo platónico-cristiano y el mundo más trivial y ancestral, continuamente reprimido por el primero, tal y como ha hecho el cristianismo desde su supremacía en Occidente.

Para profundizar en el tema, ver MOOKERJEE, A.: The Tantric Way

Texto de Susana G. de Quirós. Imagen de Susana Y Meli.

3 comentarios:

Juana G. Linares dijo...

Interesante reflexión sobre el tema de la dualidad masculino/femenino y su relación con las religiones.

Ana Echarri dijo...

En el Evangelio de Tomás, Jesús dice: "Si sacas lo que está dentro de tí, lo que saques te salvará. Si no sacas lo que está dentro de tí, lo que no saques te destruirá".
¿Qué hubiera pasado si la iglesia hubiese admitido la visión cristiana gnóstica?

Anónimo dijo...

Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
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